ITS

Preguntas frecuentes VPH

Dudas frecuentes sobre el Virus del Papiloma Humano (VPH).

Una infección producida por el Virus del Papiloma Humano (VPH) que, al encontrar unas condiciones favorables, se multiplica en las células epidémicas. Es decir, en las capas superficiales de la piel y mucosas, dando lugar o bien a verrugas genitales, o bien a lesiones en el cuello del útero que se detectan precozmente con una citología.

  • Por el contacto directo con VPH presentes en la piel o mucosas de alguien con quien ha tenido relaciones sexuales. Hay que saber que al menos el 75-80% de la población ha estado en contacto con genotipos de VPH relacionados con la transmisión sexual, por lo que se debe suponer que toda persona que haya tenido relaciones sexuales ha estado en riesgo de adquirir la infección por VPH.
  • La existencia de una erosión, fisura o herida facilitan que los virus alcancen las mejores células para su replicación, las de la profundidad epidérmica, aunque, con mayores dificultades, también pueden infectar las células superficiales.
  • Este proceso depende de los propios virus, que sean más o menos virulentos y más o menos numerosos (mayor o menor carga viral de VPH en el área con la que contactamos) y de la persona que los recibe, constitución genética, estado inmunológico y otros factores ambientales, dependientes de la edad, el sexo, la localización, etc.
  • Muchas infecciones virales no dan lugar a enfermedad, en este caso lesiones, con un periodo de incubación concreto (VPH, VHS, VHH8, VIH, etc.,), por lo que delimitar el tiempo de cuando se producto la infección con certeza es una quimera.
  • Si bien, hasta finales del siglo XX, se pensaba que existía un periodo máximo de 6-12 meses desde que se producía la infección por VPH hasta la aparición de manifestaciones clínicas, hoy sabemos que muchas de las infecciones cursan totalmente asintomáticas, incluso durante toda la vida, pero en cualquier momento se puede producir la reactivación de la infección VPH y, a partir de entonces, generarse lesiones; esto explica que no podamos reconocer cuándo se produjo la infección.

Si las lesiones son externas (condilomas) se diagnostican fácilmente, simplemente por el aspecto que presentan, por lo que no son necesarias otras pruebas.

Si son en el cuello del útero solo se diagnostican precozmente con citología. Con dicha citología realizamos un diagnóstico de aproximación que nos indica el primer paso: la necesidad de observarlas con colposcopia (lupa); pero para conocer la benignidad o malignidad de las lesiones es necesario realizar una biopsia.

Por estos motivos es importante realizar citologías periódicas.

  • Aunque el mecanismo de auto inoculación es muy infrecuente, la posibilidad real existe. Habitualmente los VPH que infectan mucosas, como la mayor parte de los genitales, se transmiten a zonas mucosas, y los cutáneos, como los de las manos, permanecen y se transmiten a zonas cutáneas.
  • En los casos en los que sea necesario conocer si existe correspondencia entre las lesiones extra genitales y genitales, se puede clarificar mediante el genotipado del ADN-VPH presente en piezas di biopsia del tejido que presenta las lesiones.
  • Porque de entre todas las personas que están infectadas por el VPH, en aproximadamente sólo un 10% se desarrollarán lesiones que podamos objetivar en el transcurso de su vida.
  • Esto se debe, esencialmente, a la capacidad de nuestro sistema inmune para bloquear la replicación viral hasta conseguir niveles en los que el VPH es incapaz de producir trasformación celular y, por tanto, lesiones.
  • Otros factores que dificultan o favorecen la aparición de clínica producida por el VPH son la localización, y por tanto las características, del tejido de la zona infectada, así como factores genéticos y ambientales, de los que, por el momento, tenemos escaso conocimiento.
  • Es verdad, aunque es una situación infrecuente, ya que se necesita aunar las siguientes condiciones:
    El VPH que genera las lesiones debe ser uno de los 15 genotipos con capacidad de transformación neoplásica (VPH de alto riesgo)
    Que nuestro sistema inmune haya sido incapaz de bloquear suficientemente la replicación de este virus, dando lugar a lo que denominamos infección VPH persistente(al menos 24-36 meses en los que, por los procedimientos actuales, somos capaces de detectar la presencia de ADN-VPH).
    Que distintos factores genéticos y ambientales (cocarcinógenos, aún en fase de estudio) coincidan, favoreciendo la transformación neoplásica.
    Que haya habido mucho abandono en el control de la infección, ya que para que se desarrolle un cáncer es preciso el transcurso de varios años desde la aparición de las lesiones, y sólo aquellas personas que no hayan acudido a su médico durante este período pueden llegar a este extremo.
    La situación podría ser más grave en el caso de la mujeres, ya que su riesgo es mayor que en el varón, por lo que es necesario mantener revisiones periódicas por su ginecólogo.
  • En resumen, el riesgo de desarrollar cáncer no está en que la persona esté infectada por un genotipo de alto riesgo, sino en que la infección debe ser persistente, ha de tener factores cocarcinógenos que lo favorezcan y especialmente en que durante el largo período que precisa para su desarrollo no ha acudido a su médico a buscar respuesta para este problema.
  • Tratarse y controlarse según las indicaciones del médico (ginecólogo, dermatólogo ,médico general, etc.,.) aunque, como en los demás virus (herpes, VIH, gripe, etc.,.), no hay tratamiento específico y por tanto, la desaparición de las lesiones en cada persona precisará de un tiempo diferente, en función de sus características y de una opción terapéutica que le sea más eficaz.
  • Lo importante es no abandonarse, porque al final se logra hacer desaparecer las lesiones. Para ello se pueden emplear distintos tipos de tratamientos, únicos, en combinación o en secuencia, hasta que todas las lesiones clínicas o subclínicas hayan sido eliminadas, y estar alerta para iniciar un nuevo ciclo terapéutico, si recurren las lesiones.
  • Actualmente no podemos confirmar la desaparición de esta infección. Lo que sí constatamos, en la, mayoría de los casos, es que por la acción de nuestro sistema inmune, con o sin ayuda de tratamiento, la presencia de VPH deja de ser detectable, y esta situación de indetectabilidad es suficiente para que no se produzca transformación celular y por tanto, que no se genere ningún tipo de lesión.
  • Tenemos a nuestra disposición dos tipos de tratamientos, aquellos que destruyen los tejidos que presentan patología producida por el VPH, e inmunomoduladores como Imiquimod, que potencian nuestro sistema inmune reduciendo la replicación del virus y, mediante este mecanismo, disminuyen su capacidad para producir nuevas lesiones, así como reducen el número y tamaño de las mismas.
  • En algunos pacientes la irritación es un leve-moderado efecto colateral que aparece con el uso de Imiquimod, siendo mucho más remarcado cuando no se dosifica la cantidad de crema a poner sobre la zona afectada.
  • Según ficha técnica, el área que permite tratar un sobre completo está en torno a 20-25 cm2, si empleamos la totalidad del contenido en lesiones con superficies menores y/o escaso volumen la irritación será mucho mayor de lo habitual.
  • Para evitar o corregir la irritación que pueda producir Imiquimod, se deben emplear tratamientos tópicos con cremas antiiritantes, estando contraindicado el uso de corticoides o de inhibidores de la calcineurina por ser inmunodepresores y por tanto, contrarrestar el mecanismo de acción de Imiquimod.
  • Sí se puede, porque no tiene sentido condicionar las relaciones sexuales cuando se sabe que, como hemos dicho (pregunta2), entre el 75-80% de la población ha estado en contacto con genotipos de VOH relacionados con la transmisión sexual.
  • Otro punto que apoya que no se condicionen las relaciones sexuales es la constatación de que la reexposición el VPH y/o coinfección por varios genotipos de VPH no cambia el curso clínico de la infección, sino que dará lugar a patología en función de la inmunidad del individuo infectado.
  • Según diversos estudios, el uso del preservativo no reduce el riesgo de transmisión del VPH más de un 50%, porque no cubre todas las zonas expuestas, porque puede romperse, porque no se emplea adecuadamente, etc. Pero no hay duda de que si no se emplea no te protege nada, además de que sigue siendo beneficioso al impedir la infección por otros patógenos de transmisión sexual.
  • El preservativo es anticonceptivo y antiinfeccioso sin efectos secundarios, salvo la posible interrupción de los estímulos sexuales mientras se coloca, lo que se puede soslayar con una buena formación e información de la pareja.
  • Organismos internacionales como la OMS, CDC de Atlanta o IUSTI desaconsejan investigar a las parejas sexuales de individuos en quien se haya detectado el VPH o presenten lesiones producidas por este virus. Los motivos son la alta prevalencia de la infección (75-80%) y el diferente comportamiento que el VPH presenta según las distintas características del huésped, respuesta inmune individual, localización, factores genéticos, etc.
  • La realización de pruebas de detección de ADN-VPH pueden llevarnos a situaciones conflictivas, ya que al comportarse de forma diferente según las condiciones de cada persona infectada, es frecuente encontrarnos ante miembros de una misma pareja en los que alguno de ellos ya ha hecho indetectable el nivel de VPH y otro no, pudiéndose incluso añadir, que por este comportamiento diferente de VPH y/o por deficiencias de la prueba de genotipado, detectemos tipos diferentes de VPH en cada uno de ellos, aumentando aún más la incertidumbre en la pareja.
  • Sólo hay que tratar al otro miembro de la pareja si, a su vez, presenta lesiones producidas por el VPH, ya que no existe ningún método terapéutico sistémico para esta infección viral. De hecho, aún no se ha podido demostrar que cualquier tratamiento que apliquemos reduzca la capacidad de transmisión del VPH.
  • Lo más probable es que el sistema inmune no haya sido capaz de seguir bloqueando la replicación del VPH que tuvo, los niveles de ADN-VPH se hayan vuelto detectables y, por tanto, haya vuelto a adquirir su capacidad de transformación celular, y así generar lesiones de nuevo.
  • También es posible que se encuentre ante una nueva infección ya que si el sistema inmune ha sido capaz de bloquear la replicación del VPH previo puede conseguirlo con mayor facilidad ante la presencia de otro; las diferencias estructurales de cada VPH hacen que la inmunidad natural generada por un genotipo pueda ser insuficiente para responder adecuadamente ante otro distinto.
  • Puede, pero hay que tener en cuenta que durante el embarazo hay una disminución de la inmunidad, lo que favorece que haya un peor control de la replicación viral, siendo más probable que aparezcan nuevas lesiones.
  • No obstante, si durante el embarazo constatamos la presencia de lesiones producidas por VPH, se puede realizar tratamiento mediante terapias físicas como la crioterapia o el láser.
  • El riesgo de infección al niño es muy escaso y casi totalmente soslayable, mediante la eliminación de las lesiones localizadas en el canal del parto o excepcionalmente mediante realización de cesárea en casos de fenómeno obstructivo o sangrado abundante y según criterio del obstetra que lleve el embarazo.
  • Porque entre los más de 130 tipos diferentes de este virus hay unos más virulentos que otros y cada persona infectada tiene diferente capacidad de defensa inmunológica.
  • Todas las lesiones producidas por VPH de bajo riesgo (sin capacidad de producir transformación neoplasia) desaparecen en un tiempo mayor o menor por la acción de nuestro sistema inmune, ya que no tienen capacidad de producir infección persistente.
  • En el caso de lesiones producidas por VPH de alto riesgo, desaparecerán todas aquellas que el VPH haya sido incapaz de producir una infección persistente y algunas de aquellas que aún habiéndolo conseguido, en un periodo superior a 24 meses, nuestro sistema inmune haya logrado reducir los niveles de carga de ADN-VPH hasta de indetectable.
  • Si un menor de edad presenta lesiones producidas por el VPH en región anogenital, es necesario confirmar este extremo mediante biopsia y detección de alguno de los genotipos de VPH que se consideran de transmisión sexual para excluir posible patología por aquellos VPH que habitualmente aparecen en localización extragenital, además de lo necesario para otras infecciones.
  • En caso de confirmarse el diagnóstico, hay que comunicar estos datos a las autoridades encargadas de la protección del menor, para que inicien una investigación de la situación real del menor, porque el diagnóstico médico no es suficiente para confirmar el abuso sexual. No toda la enfermedad de transmisión sexual es de adquisición sexual.
  • Todas la que existen en el mercado, son eficaces contra los genotipos 16 y 18 del VPH, causantes aproximadamente del 70% de las neoplasias escamosas y de un 86% de adenocarcinomas de cérvix, pero no contra todos los cánceres del cuello del útero, como indican dichas cifras. La protección no es total al quedar sin cobertura otros genotipos de VPH no incluidos en la vacuna, que también tienen capacidad de transformación neoplásica. Actualmente hay vacunas que cubren más genotipos como el 6, 11, 16, 18, 31, 33, 45, 52, y 58, por lo que son más eficaces.
  • Estos datos de eficacia podrían verse mejorados por el efecto de protección cruzada ante genotipos no incluidos en la vacuna, como el 31 y el 45, pero aún se necesita una evaluación independiente y a largo plazo.
  • Es necesario saber que estas vacunas no son armas terapéuticas sino preventivas, es decir, no sirven para tratar la infección establecida sino para evitar adquirirla; es por ello que lo mejor es utilizarlas antes de tener relaciones sexuales (9-14 años), aunque se pueden usar a cualquier edad sin ningún riesgo. Incluso se está proponiendo ponérselas también a los hombres.
  • Se precisan más estudios a largo plazo que demuestren si la vacuna es capaz de evitar la reactivación de los genotipos en mujeres previamente infectadas. El problema de la vacunación tardía es la inseguridad de su eficacia y el posible gasto inútil,
  • Sobre el uso de esta vacuna siguen existiendo muchas controversias. Si te la vas a poner, solicita el “consentimiento informado” para conocer las ventajas y los inconvenientes.