Métodos anticonceptivos

Hormonales: Estrógenos y progestágenos

En los distintos servicios de ginecología o en los centros de salud sexual y reproductiva, pueden ayudarte a elegir cuál es el método más acorde a tus características y situación.

Píldora combinada

La píldora es un fármaco compuesto por hormonas sintéticas similares a las hormonas naturales femeninas (estrógenos y progesterona).
Su mecanismo de acción principal es impedir la ovulación. De esta manera no se libera el óvulo y es imposible que los espermatozoides se unan al óvulo. El embarazo no puede tener lugar.
Existe una gran cantidad de píldoras diferentes y es el/la especialista quien debe decidir cuál es la más indicada para cada mujer. Nunca debes automedicarte y tomar la misma píldora que una amiga porque te lo haya recomendado. Para iniciar la toma de la píldora es necesario, en primer lugar, realizar una revisión ginecológica. Esta visita, se realizará todos los años y será el médico o la médica quien valore la periodicidad de las revisiones personalizándolas para cada mujer.

La píldora es principalmente conocida por su acción anticonceptiva, siendo el método anticonceptivo más utilizado, pero también se utiliza como tratamiento de muchos trastornos ginecológicos en los que es necesario dejar en reposo al ovario, es decir, evitar que se produzca la ovulación.

A partir de los treinta y cinco años y especialmente en mujeres fumadoras y obesas, se desaconseja este método.

Anillo anticonceptivo hormonal

Este método consiste en un anillo vaginal flexible que libera dos hormonas: etonogestrel y etiniestradiol.
La tolerancia al anillo anticonceptivo es muy buena, teniendo una incidencia de efectos adversos baja. Además es muy fácil de usar, puedes insertarlo y retirarlo fácilmente.

La eficacia del anillo es independiente de su ubicación en la vagina y actúa como la píldora anticonceptiva, pero en vez de tomar una píldora cada día, el anillo se utiliza durante 3 semanas seguidas y se descansa la última semana del ciclo.

Parche anticonceptivo

El parche anticonceptivo tiene bastante similitud con el anillo vaginal, dado que también libera a la mujer de la toma diaria de un anticonceptivo oral.
Al igual que éste, proporciona al organismo las hormonas necesarias para evitar un embarazo no deseado. En este caso las hormonas se absorben a través de la piel. Cada parche dura un período de una semana, con lo que en un ciclo se utilizan tres parches diferentes (uno por semana). La cuarta semana es de descanso y es cuando acontece la regla.
El parche es transdérmico, fino, pequeño y de color beige. Se aplica directamente sobre la piel y puede llevarse discretamente bajo la ropa.  Se adhiere perfectamente a la piel de la usuaria siendo eficaz incluso cuando se realizan actividades que implican el contacto con el agua o con el sudor como por ejemplo, la natación, el baño, el ejercicio, la sauna, etc.

La eficacia de este método se basa en un sistema transdérmico que libera de forma continua dos hormonas: un progestágeno (la norelgestromina) y un estrógeno (el etinilestradiol) que pasan al torrente sanguíneo tras ser absorbidos a través de la piel.

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